En Kadira, nuestro afán por mejorar las prestaciones que podamos ofrecer a nuestros clientes, y el conocimiento del mundo de la ergonomía, hicieron que empezáramos a interesarnos por los diferentes conceptos del sentarse. Así empezamos a investigar en la evolución del "sentarse a la mesa" a través de la historia. Es decir, en saber cómo nos hemos sentado a la hora de comer.
Después de estudiar la evolución de los diferentes modelos de sillas y maneras de sentarse, a partir de la historia de la pintura, empezamos a ver qué pautas antropométricas se habían seguido a la hora de diseñar las sillas.
El otro segmento de estudio fue la evolución de la gastronomía, no sólo en el aspecto culinario, sino también en su repercusión en el servicio de sala. Por una parte, comprobamos que el concepto del sentarse había evolucionado mucho en las oficinas, tanto en los parámetros ergonómicos, como en el diseño de las sillas, pero no en los modelos para "sentarse a la mesa".
Por otra parte, el mundo de la cocina, desde la "nouvelle cuisine" de los años 70/80, ha evolucionado en muchos campos, pero no se han contemplado cambios en el mobiliario de la sala.
De esta manera es como llegamos a la conclusión que desencadenó nuestro proyecto ERGONOGASTRONÒMIC. "Saboreamos platos del s. XXI, sentados en sillas del s. XVIII".
Estética versus ergonomía.
Cuando se diseña la composición de una sala comedor, la mayoría de veces se eligen los muebles según la siguiente escala jerárquica: estética, confort y eficacia. Y no al revés, que es como marcan las pautas ergonómicas y básicamente el sentido común: eficacia, confort y estética.
Este es nuestro objetivo a desarrollar. Teniendo en cuenta que los muebles de un restaurante no son simplemente "muebles", sino que son elementos "vivos" que inciden notablemente en el funcionamiento del mismo y en el confort de los comensales.
Estética sin ergonomía.
Podemos comprobar que las sillas para "sentarse a la mesa" tienen un valor básicamente estético y teóricamente confortable, pero no ergonómico.
• ¿Acaso un chef no sigue criterios nutricionales a la hora de elaborar sus sofisticadas recetas?
•¿Es que un buen posicionamiento del cuerpo no mejora la ingestión de los alimentos?
•¿Es que facilitar la digestión no es un hito gastronómico?
Cuando "nos sentamos a la mesa", nuestro objetivo es comer. Mejor dicho, en este caso, saborear la comida.
No siempre una silla que es confortable para sentarse de forma relajada, resulta apropiada a la hora de comer lo que hay en la mesa. Por eso necesitamos dar al sentarse la importancia que le corresponde dentro de la liturgia gastronómica.
Nuestra propuesta de ergonomía gastronómica es la silla tres estrellas. Durante un año desarrollamos diferentes pruebas con la colaboración de la escuela de hostelería Joviat, de Manresa.
Finalmente conseguimos nuestro propósito: una silla que fuera cómoda para el camarero y confortable para el comensal.
Tenía que reunir todas las características de una silla de oficina (fácil de desplazar, regulable en altura y basculante). Estos parámetros mejorarían la relación social entre los comensales e, incluso, facilitarían la digestión, favoreciendo la sobremesa. Pero todo ello adaptado a la estética de un restaurante.
Características propias de la silla tres estrellas.
Es importante que la silla se pueda desplazar con facilidad, tanto a la hora de acercarnos a la mesa como a la de retirarnos. Y que nos facilite la operación de sentarnos en ella. Nuestra propuesta es una silla con una base con ruedas y un eje central giratorio con un pistón hidráulico, graduable en altura. Sí, exactamente eso, semejante a una silla de oficina.
A continuación, hemos previsto la adaptación de un sistema basculante que nos facilite el hecho de "columpiarnos". Este movimiento no es demasiado frecuente a la hora de comer, no porque no apetezca, sino porque no es posible con el tipo de sillas actuales. También podemos poner brazos, de manera que podamos apoyar el cuerpo al echarnos atrás, pero sin que molesten cuando nos acercamos a la mesa.
Durante la comida, entre plato y plato, o bien al terminar, cuando comience la sobremesa, el hecho de retirarse del borde de la mesa, nos colocará en una posición más cómoda y relajada para poder relacionarnos con nuestros comensales. No nos sentiremos compungidos ante el plato, codo a codo con los de cada lado, y tendremos una mayor perspectiva general. Finalmente, un sistema basculante ayudará a las personas gruesas a apoyar la espalda y extender el abdomen.
A todos los demás, durante la sobremesa, y si los formulismos lo permiten, esta silla les permitirá inclinarse hacia atrás, y así hacer un estiramiento general del cuerpo para conseguir una postura relajada que facilite la conversación y, al mismo tiempo, la digestión.
Otra característica a añadir a este prototipo, es que tenga un acabado fácil de limpiar y de mantener.
Disponer de una silla de estas características, también forma parte de los cánones de la liturgia gastronómica, aportando un nuevo concepto de exquisitez en el camino de la excelencia a la que aspiran muchos restaurantes.
En consecuencia, hemos adaptado algunos modelos realmente confortables a estas características. Es lo que llamamos serie K3.
Desde hace unos meses, uno de los restaurantes icono mundial en la excelencia, El Celler de Can Roca, de Girona, ya dispone de uno de nuestros modelos.
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