15 Septiembre 2016   |   Ergonomía   |   0 Comentarios

DIFERENTES MECANISMOS ERGONÓMICOS

DIFERENTES MECANISMOS ERGONÓMICOS

Los soportes lumbares.

La normativa laboral exige que las sillas dispongan de regulación lumbar. Actualmente, las sillas que disponen de respaldos de "mallas inteligentes" suplen, prácticamente, estos tipos de mecanismos, ya que se adaptan a la morfología anatómica de cada persona. (Para las mujeres los modelos de Herman Miller: Sayl, de Humanscale: Diffrient World y de FORMA 5: Sentis; les aportan una agradable sensación de recogimiento en la zona del sacro, obviando la regulación lumbar).

Los hombres, por su corpulencia, no distinguen demasiado adaptabilidad de los respaldos de las sillas ergonómicas. Suelen apreciar mejor el hecho de notar una fuerte presión sobre la zona lumbar, que un envolvimiento del sacro. Quizás es porque los hombres suelen tener más dolencias en esta zona (L-4, L-5, S-1).

La disposición del regulador lumbar de los modelos Mirra-2 y Celle de Herman Miller, les proporcionan una gran confortabilidad por la marcada presión lumbar que pueden efectuar.

Sin embargo, los hombres, seguramente debido a su corpulencia, aparejada al hecho de tener la mayor parte del peso del torso en el tórax, que carga directamente sobre los isquiones al sentarse, encuentran mucho más confortables los asiento de malla auto tensante, así como los acolchados oscilantes. El hecho de estar en un asiento no rígido, provoca esa sensación de estar en una base que varía constantemente el posicionamiento de los isquiones y los libera de una sobrecarga inadecuada. Y a la vez les facilita la posibilidad de rectificar la columna hacia la posición más adecuada, y así evitar el redondeo de las vértebras lumbares, las cargas extras y las posibles deformaciones de las mismas.

HumanScale presenta dos modelos cinéticos que aportan esta característica. Son el "Diffrient World y el Liberty". Por su parte, Herman Miller diseñó en 1994 la silla icónica con esta solución de la malla "autotensante", el modelo Aeron, que además bascula el asiento hacia adelante (forward tilt). También con estas características son los modelos de Herman Miller: Mirra 2 y Celle. Y asimismo, con un asiento autotensante, pero sin inclinación de asiento, Herman Miller tiene el modelo EMBODY, pero con regulación dorsal para equilibrar las cervicales respecto de la visión de la pantalla.

Sin embargo, estos soportes sacro-lumbares facilitan que tanto los unos como las otras, hombres y mujeres, puedan conseguir tener "tensada" la columna, aunque estén sentados, y así poder rectificar la postura de la misma a su correcta posición de cuando se está de pie, y así volver a marcar la lordosis lumbar.

Regulación de la profundidad del asiento.

Las sillas que disponen de regulación de profundidad del asiento acaban proporcionando un encaje lumbar similar al de los soportes, ya que permiten encajar mejor el sacro en la parte baja del respaldo.

La posibilidad de regular la profundidad del asiento hace que este se adapte a la longitud del fémur de cada persona, encontrando mayor confort cuanta más parte de este pueda apoyarse en el asiento. La percepción de tener más o menos apoyo en esta área: sacro, glúteos y muslos, es lo que conlleva la sensación de más o menos confort. También influye en el confort, que el extremo del asiento sea redondeado y no recto, por lo que no presione sobre el hueco poplíteo, comprimiendo el paquete vascular-nervioso (nervio femoral, ciático). Podríamos decir que toda esta área es el paladar de nuestro esqueleto a la hora de percibir la confortabilidad de un asiento.

Asimismo, los modelos que proporcionan una inclinación negativa del asiento, aumentan esta sensación de confort y movilidad, posibilitando, además, realizar la ante versión pélvica.

Algunas de las sillas que disponen de ambas características son: de Herman Miller: Aeron, Mirra-2, Celle, Sayl. De Häg: Sofi. Y de R.H.: Mereo.

Los brazos regulables.

Tener unos reposabrazos regulables que faciliten nivelar el ante brazo (o incluso posicionarlo un poco más arriba del nivel de la mesa), conllevará una mayor relajación de la musculatura del hombro (trapecios) y, asimismo, ayudará a evitar las lesiones del túnel carpiano y tendinitis en el ante brazo, cuando se hace un uso constante del ratón.

Lo mejor que cuando trabajemos sobre la mesa, el antebrazo forme un ángulo abierto con el brazo. Es mejor aguantar el peso de los brazos apoyándolos en la mesa que no levantarlos, y así evitaremos vencer la gravedad. "Es mejor empujar que tirar".

Asimismo, el hecho de que la mayoría de las mujeres trabajen con cierto estrés ante un teclado, conlleva que el eje donde inciden los trapecios se contracture fácilmente. Es cuando se forma aquella bola que pivota tocando la escápula. Con unos brazos que puedan llegar a regularse en "3 dimensiones", se pueden evitar muchas cargas sobre las extremidades superiores y los hombros. El solo hecho de notar que tu brazo tiene un apoyo que te ayuda a dirigirlo cuando manipulas el ratón y el teclado, te liberará de muchas de las dolencias que se adquieren sin ellos.

Como regular el "sincro".

Las regulaciones del asiento y del respaldo con sistemas "sincro" pueden adaptarse fácilmente a la anatomía de cada persona y en cada función operativa. Proporcionan muchas posibilidades de movimiento que, incluso, varían la presión de la gravitación sobre el eje vertebral, cambiándolo sobre el abdomen. Esta oscilación estimula la actividad natural de los músculos de la espalda, evitando las contracturas, y además, permite una natural movilización de la columna, aligerándose así las cargas musculoesqueléticas. Las sillas que basculan hacia atrás conllevan una sensación de ingravidez que proporciona una gran percepción de confort a los humanos. Es como si nuestro torso fuera soportado por una fuerza externa que libera de ese peso todo el sistema de la columna vertebral, aportando ligereza a nuestro cuerpo, mejorando considerablemente la sensación de confort. Es la percepción de hacer ejercicios en "aquagym".

Sin embargo, cuando realizamos este movimiento de "echarnos hacia atrás" (que coloquialmente podríamos denominar como "desperezarnos"), al tiempo que extendemos los brazos, también estamos facilitando la apertura de la caja torácica. Es en este momento cuando podemos realizar una profunda inspiración, con la consecuente expiración, forzando una hiperventilación. Más oxígeno, mejor riego sanguíneo. Mejor respiración, mejor concentración, mejores decisiones. Conclusión: sentarse en sillas que aporten alternativas ergonómicas mejora nuestra capacidad intelectual.

Muchas personas comentan ante este movimiento: "qué pensarán en la oficina si me ven “desperezándome”?". La respuesta es contundente: "la gente que “esto” en su lugar de trabajo, evidencia que está trabajando de forma concentrada y continuada, ya que esta acción muestra claramente que hace una pausa para una más eficiente reincorporación al trabajo productivo ". Este movimiento alivia las sobrecargas posicionales adquiridas en la postura "sedente", ya que con este estiramiento restauramos la configuración natural de nuestro esqueleto.


En cualquier silla que tenga regulación de basculación o sincronismo, para poder determinar cuál es, de forma objetiva, la regulación de la dureza del movimiento más adecuada a cada usuario, la habremos conseguido cuando sólo cambiando el eje de gravedad de nuestro cuerpo, sin apoyar los pies, podamos controlar el movimiento. Así pues,  hemos de hacer un esfuerzo para echarnos hacia atrás – lo cual provocará una tensión muscular que nos ayudará a rectificar las posiciones de la columna y de otros articulaciones-. Por otro lado, si está bien regulado, el sincronismo nos debe empujar hacia adelante, sin que tengamos que hacer ningún movimiento lumbar", sin redondearnos, ya que sino perderíamos todo lo que hemos ganado con la "desperezarnos”. Si está bien regulado, sólo tendremos que variar el eje de gravedad.

Actualmente, casi todas las sillas con características ergonómicas tienen algún tipo de mecanismo "sincro". De toda esta serie de sillas, las de la marca Herman Miller (Mirra-2, Celle, Sayl) disponen de un mecanismo que aporta una especial sensación de ingravidez. De éstas, el modelo Aeron, icono mundial de las sillas ergonómicas, tiene un especial balanceo gravitatorio que aporta una seductora sensación de confort. Desde otra perspectiva ergonómica, pero también hablando de ingravidez, el modelo Freedom Headrest de Humanscale propone la posibilidad, no sólo de conseguir puntualmente la sensación de ingravidez, sino de ejecutar el proceso de trabajo en frente de una pantalla, casi, en gravedad cero.

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