(ECCE: es un acrónimo que a la vez es un palíndromo y nos ayuda a definir la escala de valores en el diseño de espacios y mobiliario. Es sólo una coincidencia con la frase atribuida a Poncio Pilatos -ecce homo-, pero que nos puede ir bien como regla mnemotécnica).
Desvelaremos la composición del acrónimo:
Eficacia + Comodidad + Confort + Estética
Esta debería ser la escala de valores a utilizar a la hora de diseñar espacios o muebles. Nos limitaremos a estos dos ámbitos, aunque podrían añadirse otros. Esta escala de valoración va desde la posición más objetiva a la más subjetiva, de la más pública a la más privada y de la más universal a la más particular.
Eficacia es la virtud de producir el efecto deseado.
Si estamos diseñando una silla de oficina para desarrollar un trabajo administrativo (manipular el teclado, el ratón y comprobar textos en la pantalla), debemos diseñar una silla que se avenga a estas exigencias, aplicando los avances tecnológicos actuales y, a poder ser, siguiendo las normativas. Así, tendremos una silla eficaz para este trabajo.
La mente busca comodidad, el cuerpo, confort.
Para explicar la diferencia entre comodidad y confort, utilizaremos como ejemplo la relación de ambos conceptos en referencia a las sillas. Sin embargo, y para hacer más comprensible esta elucubración, tendremos que admitir, sin ningún rigor científico, que nuestra mente es el referente de nuestra “actividad operativa” (comodidad) y nuestro cuerpo lo es de nuestra "anatomía" (confort)
Nuestra mente siempre busca la máxima eficiencia en todas sus acciones, es decir, conseguir el mejor resultado con el mínimo esfuerzo.
"Una silla con ruedas le" dice " a nuestra mente que nos es fácil desplazarnos con ella para poder coger algo del mueble de atrás". Esto es una acción cómoda, es decir, práctica. No nos tendremos que levantar para hacerlo. Ganaremos tiempo y ahorraremos esfuerzo, y nuestra mente se sentirá satisfecha ". La comodidad es la facilidad de ejecutar nuestras acciones. Este es el concepto de comodidad, cuando es sinónimo de práctico.
Sin embargo, esta misma silla que es cómoda de usar, ha de permitirle a nuestro cuerpo que pueda estar allí sentado mucho tiempo sin ningún malestar ni dolor, y que a la vez sienta satisfacción.
Así pues, si la silla sólo es cómoda, pero no es confortable, nuestro cuerpo no soportará estar allí sentado y la mente no podrá hacer nada. La falta de confort provoca malestar, insatisfacción. Este es el concepto del confort.
En resumen, una silla diseñada específicamente para la actividad que ha de desarrollar el usuario, aparte de ser eficaz, debe tener en cuenta la comodidad, es decir, la eficiencia en la operativa y el confort en la satisfacción anatómica.
Cuando un elemento es eficaz, cómodo y confortable es, básicamente, ergonómico.
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