Muchas de las apreciaciones que expondremos a continuación son fruto de la observación y de nuestra experiencia profesional, avaladas por las exposiciones, comentarios y relatos de nuestra clientela. Por otra parte, hemos contrastado nuestras teorías con varios profesionales que tratan la anatomía humana. Aunque no tengamos ningún referente científico para avalar nuestras conclusiones, tampoco hay ninguno para rebatirlas.
Dos conceptos a tener en cuenta:
1. El eje de simetría del cuerpo humano es el ombligo.
2. Los hombres tienen, proporcionalmente, más peso en la parte superior del torso, el tórax. Las mujeres en la parte inferior, en las caderas.
EL ESTRÉS
Las mujeres son más sensibles al estrés. Están más en “vilo” a la hora de desarrollar sus actividades cotidianas. Si ello conlleva más tensión nerviosa, también supondrá una mayor compresión muscular, provocando mayores dolencias anatómicas. Por otra parte, las mujeres, en su mayoría, no son muy corpulentas muscularmente, y el hecho de tener una mayor flexibilidad corporal facilita adoptar posiciones más forzadas y estáticas de forma prolongada, que provocan las características contracturas, como por ejemplo en los trapecios, con las consecuentes dolencias. También hay que tener en cuenta que la doble jornada para las mujeres no es un mito, por lo que se refiere a una mayor carga muscular.
LA ZONA SACRO-LUMBAR
Las mujeres tienen el "culo respingón" no como un atractivo "erótico", sino que el hecho de bascular el sacro hacia fuera es para dar un mayor espacio a la matriz a la hora de dar cabida a un feto. Es una evidencia que la estructura anatómica en este punto es diferente entre sexos. A partir de esta característica esquelética, hemos observado una serie de tipologías de movimiento y posiciones anatómicas bien diferenciadas entre ambos. ¿Por qué las mujeres se sientan en el extremo de las sillas? Evidentemente, las de baja estatura, para poder tocar mejor con los pies en el suelo. Pero, sin embargo, algunas que apoyando todas las caderas y los muslos en toda la superficie del asiento, y con los pies en el suelo, continúan sentándose igual: con el trasero levantado, las piernas inclinadas hacia adelante y los pies atrás. Es evidente que con esta postura se consigue mejor la ante versión pélvica, lo que facilita formar la lordosis lumbar, por lo que se recupera la posición natural de la columna (bipedestación), y a la vez alivia la carga sobre los isquiones. Asimismo, sentadas de esta manera se pueden mover con mayor facilidad sobre un plano de trabajo. (Es equivalente a la posición de sentarse de rodillas, como con la silla Variable de VARIER. También se consigue una posición equivalente sentándose como si fuera en una "silla de montar", con la Capisco de Häg o con la mayoría de sillas de Herman Miller que basculan hacia delante -forward tilt- (para las mujeres, básicamente, el modelo Sayl).
Los hombres, en cambio, no suelen sentarse así, sobre todo cuando tienen una cierta corpulencia. Apoyan todo su cuerpo sobre toda la superficie del asiento, pero terminan redondeándose. De estas observaciones hemos deducido toda una serie de teorías.
¿Por qué a las mujeres les gusta más que las envuelvan por las lumbares / sacro que por los hombros? ¿Por qué prefieren las sillas que tengan un respaldo que encaje muy bien el sacro, lo cual les aporta una mayor sensación de recogimiento y confort en la zona lumbar? ¿Esto es porque estas posturas en el momento de sentarse les recuerdan la sensación de envolverse los riñones con las manos para apaciguarse los dolores menstruales? ¿Es por la configuración anatómica de poder ser madres?
LAS CERVICALES
La posición anatómica de las cervicales es la de un "homo sapiens" caminando por una sabana africana... a su velocidad de crucero de 3 a 4 Kms / hora. Su mirada irá dirigida a visionar el terreno que se encontrará en el tercer paso y que, si le conviene, podrá esquivar el obstáculo que haya, sin variar la velocidad de su paso. Normalmente, mantendrá su cabeza en una posición oscilante, sin forzarla ni hacia delante, ni hacia atrás. Puntualmente, levantará la vista, y consecuentemente la cabeza, para comprobar el horizonte. También bajará la vista hacia el suelo, cuando sea necesario aminorar la marcha en caminos difíciles para poder fijarse mayor en los posibles obstáculos que haya en el camino.
Otra clara diferencia anatómica entre hombres y mujeres, son las vértebras cervicales. A igual peso y movimiento de la cabeza, los hombres tienen el cuello más corto y todo el entorno más musculado. Por el contrario, las mujeres suelen tener el cuello más largo y esbelto y una musculatura más "débil". En consecuencia, las mujeres suelen tener más lesiones en estas vértebras. Hay estudios que constatan que la alta incidencia del dolor cervico-dorsal en las mujeres es una realidad dos veces mayor que en los hombres".
Sin embargo, hoy en día, tanto hombres como mujeres, llevan gafas progresivas. La panorámica visual de la mayoría de estas gafas, en su parte central, tiene una escala muy ajustada de enfoques. En consecuencia, hay que estar continuamente haciendo movimientos forzados de las cervicales para ver correctamente lo que hay en la pantalla. Las repetidas malas posiciones, sobre todo cuando falta musculatura, provoca las pertinentes molestias cervicales. Por otra parte, con gafas o sin, y sin darnos cuenta, en parte por la concentración que ponemos delante de una pantalla, adoptamos posturas muy forzadas con nuestras cervicales, propiciando las consecuentes dolencias.
Algunas, pocas, sillas que disponen de un reposacabezas realmente ergonómico para adaptarse a las diferentes posiciones de trabajo frente a una pantalla + teclado, pueden aliviar estas molestias cervicales. (Los modelos de Sedus: Swing Up y Open Up, tienen un reposacabezas que ayuda a mantener las cervicales en una posición correcta). El modelo Freedom-Headrest de Humanscale, proporciona un posicionamiento de una cierta ingravidez en el torso, que además de envolver muy bien el sacro, característica muy apreciada por las usuarias femeninas, y dar un perfecto apoyo a las "eses" de la columna; recoge y soporta muy bien el peso de la cabeza, aprovechando la curvatura cervical para situar la vista enfocando la pantalla. En cambio, Herman Miller no tiene ningún modelo con reposacabezas, pero ha diseñado la silla EMBODY -único modelo de estas características que hay en el mercado- que regula el apoyo dorsal, por lo que manipulando esta parte del respaldo sitúa las cervicales en una posición anatómica correcta, respecto de la adecuada observación de la pantalla del ordenador.<
Sin embargo, muchas sillas ergonómicas no disponen de apoyo cervical. La mejor solución es disciplinarse en adoptar la mejor posición de trabajo, respecto de nuestro diseño anatómico.
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